In memoriam

Viviras siempre en nuestros corazones Richi

Richi nació en Bogotá en febrero de 1956, de padre suizo y madre colombiana. A los 6 años viajó a Suiza; allí permaneció hasta los 18 años en diferentes internados de educación especial, recibiendo entrenamiento para el trabajo, que hiciera más fácil su inclusión social. Richi tenía Síndrome de Down.

A su regreso a Bogotá en agosto de 1974 había olvidado el español y hablaba solo suizo alemán, a su manera, con una gramática rudimentaria, un vocabulario básico y una articulación confusa. Como en Suiza ayudaba en una cafetería, el rector del Colegio Helvetia, Karl Schmid, lo aceptó en prueba para trabajar en la cocina. Richi logró integrarse y hacerse entender y querer. Estableció una sólida relación con las «seños», y con ellas organizaba el comedor y se encargaba de las medias nueves de los niños de preescolar.

Le encantaba la música alegre y bailar a su ritmo. Los fines de semana nadaba en la piscina de su club y jugaba tenis contra el muro. En sus horas libres, con mucha paciencia, hacía rompecabezas de mil y más fichas, paisajes suizos que Clarita, su mamá, enmarcaba.

Amaba su trabajo, era sagrado para él. Su entrega y dedicación eran tales que cuando lo dejó el bus del colegio y su papá le dijo que se quedara en casa, ¡se escapó por una ventana y unas horas después apareció en el colegio! Nadie sabe si tomó un camino directo o siguió la ruta del bus.

A punto de cumplir 30 años en el Helvetia, en 2014, su salud empezó a debilitarse. Se internó en un hogar especial donde lo cuidaron muy bien. Pero todo tiene un fin y el de Richi llegó en plena pandemia, sin poder despedirse, sin recibir un abrazo de su mamá. Vivirá en los corazones de todas las generaciones de exalumnos que lo conocieron,  de  los profesores y empleados que con tanto cariño lo acogieron.

Nuestras condolencias para Clarita y para sus hermanas Mónica (promoción 1974), Silvia (1976) y Patricia (1983).